“Va a ser un orgullo ver que hemos puesto a Vassalli en el lugar que nunca debió haber perdido y haber contribuido en eso en esta etapa de mi carrera”. Así lo dijo Héctor Sendoya, un ejecutivo con larga trayectoria en las grandes compañías del sector y que hoy es el director comercial de la histórica fábrica de cosechadoras de Firmat. En rigor, la única empresa de capitales nacionales que se mantuvo en el mercado de cosechadoras, y que renace después de un período crítico que provocó que en 2019 no tuviera ninguna venta.
Tras un cambio de gerenciamiento, la empresa fabricó entre 50 y 60 máquinas este año y capturó el 10% del total del ventas. Ahora quiere ir por más. “Queremos que nuestros clientes vuelvan a sentir la emoción de tener una Vassalli”, dijo el ejecutivo, quien también señaló que la marca ya experimentó, en esta nueva etapa, una exitosa experiencia con Angola (Africa).
Sendoya reconoció que 2020 fue “un año particular”, pero también que, promediando el ciclo, resultó “mejor de lo que se esperaba”, producto de los estímulos externos al sector, como la brecha cambiaria que jugó a favor de tomar decisiones de inversión pensando en los fierros como una opción.
“La mayor parte de las máquinas tienen lista de precios emitidas en dólares a cotización oficial, y así apareció una oportunidad para quienes tenían divisas en granos o ahorros”, que terminaron volcando esos excedentes en el recambio de equipos.